EL VALS


Los orígenes de el vals no están bien determinados ya que según unos autores datan de los siglos XII y XIII, basándose en un baile que era conocido como “Nachtnaz”; pero otros autores indican que puede provenir de antiguas danzas germanas medievales y de una danza francesa conocida como “carmaglone”.

Con el inicio del siglo XVI, Europa vivirá una autentica revolución cultural: El Renacimiento. En 1559 aparece un baile con un ritmo ¾ llamado Volta (baile que encandiló a la reina Elizabeth de Inglaterra). En las cortes reales de Europa no se ve con buenos ojos y Luis XIII lo declara inmoral porque los bailarines están en contacto físico. En la monarquía el baile más importante es el minué, un descendiente directo de los bailes “aristocráticos”. Uno de los orígenes más aceptados es que el vals tiene su origen en los landler, danzas montañesas y rústicas del sur de Alemania y de Austria, que eran bailadas en un lento compás de tres tiempos, en la que las parejas bailaban girando continuamente. Este baile, el landler, al igual que otras danzas de origen campesinas y folclóricas, no eran admitidas por la alta sociedad, pero a finales del siglo XVIII, empieza a ser bailado por la burguesía y la nobleza en los salones y empieza a ser considerado como un baile de salón. Toda conexión entre este baile y la Volta queda disimulada, solo que la palabra Wälzen significa girar en alemán. Alrededor de 1750 el término “wälzen” da nombre a un baile de la comedia improvisada vienesa. En 1770 Johann Wolfgang von Goethe hizo un informe sobre sus experiencias “con el baile alemán”, y en 1782 Carl von Zwangen publicó el libro “Etwas über das Walzen”. Cuatro personas bailaron en 1787 el primer vals en la ópera italiana “Una cosa rara”, aunque se cuestiona si este fue el origen del Vals Vienés. A partir de 1794 se enseñó el Vals Vienés en el tribunal real prusiano. La futura reina Luise von Preussen prohibió el baile (en Berlín esta prohibición fue válida hasta 1918). Pero, en Munich fue tocado y bailado. El Vals Vienés triunfó después del Congreso Vienés en 1815.

Del baile Walzen proceden las principales características del vals: un ritmo riguroso, un tiempo ligeramente acelerado y una melodía que transmite su elegancia en cada nota. En 1812 este se introduce en Inglaterra bajo el nombre de Vals Alemán pero será en la corte vienesa donde este baile alcanzará su apogeo. Pero fue a partir de principios del siglo XIX que el vals alcanzó su máxima popularidad y se extendió por todos los salones distinguidos europeos y entre las clases populares.

En Viena, encontró su mejor acogida: ¿quién podría olvidar a la maravillosa Sissi , tan a menudo plasmada en nuestras pantallas, con sus trajes vaporosos en aquellos espléndidos salones? A pesar de haber sido visto con recelo por algunos sectores más conservadores, el vals alcanzaría un enorme auge, merced, en parte, a las brillantes composiciones de los músicos vieneses Johann Strasuss, padre e hijo. Las obras de estos compositores, a medio camino entre la danza y la modalidad de obra instrumental para concierto, son, hoy en día, famosas y conocidas en todo el mundo, y a menudo se interpretan en los conciertos. Las primeras melodias de Vals Vienés datan de 1770. Pero es quizás “El Danubio Azul”, creada en 1867 por Strauss hijo, la obra cumbre del Vals Vienés. Una impresionante obra de la que, en ese mismo año, se editaron más de un millón de ejemplares y que, en 1899, todas las orquestas de Viena tocaron al paso del féretro de Johann Strauss. Alemania ha sido el centro del Vals hasta los años veinte y más tarde fue substituido por estilos de baile más modernos y dinámicos. En Gran Bretaña el Vals Vienés nunca ha sido popular. Como baile folklórico, el Vals Vienés fue descubierto de nuevo en los años treinta, y sobre todo durante el Tercer Reich en Alemania y Austria. Este mérito fue del instructor de baile Paul Krebs (de Nuremberg) el cual después de la segunda Guerra Mundial en 1951 hizo la conexión entre la tradición de Vals austriaca y la del estilo inglés, fue entonces cuando el Vals Vienés fue aceptado como el Baile Estándar. Después de la Segunda Guerra Mundial, es cuando el vals comienza a conocer todo su auténtico esplendor, y es bailado en grandes fiestas y acontecimientos sociales.

Posteriormente, también otros compositores famosos incluyeron los valses entre sus composiciones, como el admirado Chopin. Sin embargo, fue un poco olvidado con la aparición de la polca y la mazurca, pero nunca perdió su lugar en la escena de la danza, ya que cuando estos bailes fueron relegados a favor de los bailes norteamericanos y latinoamericanos, el vals fue el único que sobrevivió en las salas de baile.

Entre la música de vals más conocida está, sin lugar a dudas el ya mencionado, Danubio Azul, de Johann Strauss. También podemos destacar otros valses famosos como Sangre Vienesa, también de Johann Staruss, el Vals del Emperador, el Vals del Murciélago y otras muchas piezas que podemos encontrar de los más diversos autores. Se unieron a este movimiento una pléyade de compositores como Johannes Brahms, Frederic Chopin, Piotr Illich Tchaikovsky y otros, este último incorporó el vals en algunos ballets como “El Lago de los Cisnes”, “La Bella Durmiente” y “El Cascanueces”.

Como en el caso de la polka con el paso de los años se suscitó una grave polémica entorno al tempo en el cual se interpretaba el vals. Sobre todo tras la muerte de Johann Strauss se empezó a interpretar el vals demasiado lento; por lo que se deformaba el carácter originario de las composiciones. Como ya mencioné anteriormente algunos musicólogos decidieron intentar imponer un canon a la hora de interpretar los valses. Junto con la ayuda d Eduard Strauss que sugirió cual era el auténtico carácter de las obras de la familia Strauss y su forma de tocarlos llegaron a la conclusión que el vals debía interpretarse con un tempo de 76.





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